Habitar

HABITAR
Video Proyección Monumental e instalación. 2009
IX Bienal de Video y Artes Mediales, Santiago.

"Hay, pues, dos maneras de falsificar: la una trabajando por embellecer; la otra, aplicándose a hacer verdad" (Paul Valery). Habitar es un proyecto en el que se cruzan diversas maneras de percibir los espacios construidos para el tránsito y la residencia. En primer lugar, acoge la idea del espacio, cargándolo del relato biográfico que define su subjetividad, en una paradójica utilización de los objetivos ópticos de la cámara de vídeo y fotográficas. En el intento de asir las efímeras circunstancias que definen el habitar mediante imágenes –secuenciadas o no– se constituye un relato extremadamente frágil y, en la mayoría de los casos, ausente de cuerpos.

La artista realiza un ejercicio de registro con el vídeo de la casa que habitaba y que, en cierto momento, debe abandonar. De manera similar, solicita a sus contactos un ejercicio de registro de algún lugar significativo e íntimo, al cual deben agregar un relato escrito que lo despliegue. El relato solicitado establece la temporalidad que, en el vídeo realizado por ella, agudiza una escenificación efímera de las circunstancias del habitar, transformando a la cámara en una caméra-stylo que, como decía Alexander Astruc, establece una escritura documental de "lo habitable".

El hecho de solicitar una imagen de espacios íntimos a un grupo afectivamente cercano, detona la necesidad de compartir, tanto la participación, como la definición del Habitar, consintiendo la relación entre individuo y la ficción de lo colectivo, desde la privado a lo público en su escenificación.

Con la intención de generar al menos dos capas de lectura sobre la habitabilidad, el trabajo que Klaudia Kemper, cruza dos facetas: la de la persona y la del artista, la de su casa y la del edificio museal. El vídeo, eje central de la pieza, se proyectó en el frontis del Museo de Arte Contemporáneo de la Quinta Normal durante la inauguración de la IX BVAM, para luego pasar a formar parte de la muestra en el interior del edificio, en el espacio asignado para el visionado del vídeo en una pantalla, así como las fotografías y los relatos de la red activada para este trabajo.

La inmaterialidad del vídeo, en un principio, se dispuso en la puerta del museo durante la inauguración. Es decir, se situó en la frontera tanto temporal como física de la muestra misma. La superposición de los elementos internos de una casa a la arquitectura clásica del edificio, establecía una sutil pero literal línea divisoria entre el tránsito público y la estancia privada. Si bien se podría establecer una lectura no menos acertada desde los lindes que ha trazado la arquitectura moderna y su consecuente colapso critico en el tardo capitalismo, la experiencia se traslada a un plano menos público y más cercano, donde los reconocimientos de la representación se caracterizan por una selectividad afectiva más que por la neutralidad tecnológica.

Siendo esto último una de las características principales del circuito de arte y política local, esta obra no deja de ser significativa en el modo que, desde una posición extremadamente individual, pone al descubierto la administración de los espacios desde el arte a los artistas y desde los artistas al arte. La apertura simbólica realizada mediante la invitación a establecer un relato de un espacio íntimo en una exhibición pública, es finalmente, el gesto que define la acción del vídeo realizado por la artista. Haciéndose cargo de su rol, no disgrega la autoría en una propuesta colectiva, sino que opta de ser ella misma quien sea definida como artista, al menos en su relato sobre el espacio íntimo.

El video Habitar no deja de ser decisivo al momento de sujetar la convocatoria de fotografías y relatos. En una metonimia propia de las anteriores acciones realizadas por Klaudia Kemper –leamos "cuerpo sobre cuerpo" y otras acciones que se pueden ver en éste libro– el acto de retratar en el tiempo su casa, se define con la escritura que encarga a las personas de su red de colaboración. Proponiendo una actitud radical frente a la imagen tiempo, la cámara como forma de escritura se centra en la comprensión de los relatos personales como tiempos destinados a la asimilación del habitar. Asimilación que, sin embargo, es solo posible en la medida que se comparta como cualidades del relato: es decir, su carácter íntimo y la dirección que adquiere desde la experiencia personal hacia la comprensión de un otro.

Por Daniel Reyes León.